Tras la cosecha el olivo queda agotado nutricionalmente y vulnerable a diferentes patógenos. Para contrarrestar este desgaste y protegerlo de enfermedades deben realizarse tratamientos específicos que garanticen su buen estado sanitario y nutricional y aseguren la productividad de la próxima campaña.
Durante la cosecha mediante la mecanización, se producen heridas que son la principal vía de entrada para patógenos y enfermedades del Olivo como repilo, tuberculosos, bacterias, antracnosis y si no se actúa a tiempo se extenderán intensamente por toda la finca. Los daños dependen de la agresividad del ataque llegando a secar incluso el propio árbol. Se recomienda realizar un tratamiento de cobre con el objetivo de endurecer y reparar los daños.
Además, en esta época el olivo queda limitado en sus reservas al haber llegado al punto final de su ciclo y también sufre un alto nivel de fatiga debido al estrés al que se ha sometido. Para ayudar a corregir esas deficiencias es idóneo utilizar productos que ayuden a restablecer los niveles de reserva y le aporten una ayuda extra para acelerar su proceso de recuperación de cara a la primavera, favoreciendo la brotación y/o floración del siguiente ciclo biológico. Un paso clave una vez finalizada la recolección del fruto es la fertilización. Este paso de abonado postcosecha es un punto que a veces no se le presta la atención necesaria, siendo sin embargo una práctica esencial en la agricultura profesional. Gran parte del éxito de la siguiente campaña depende de una aplicación de nutrientes una vez se ha descargado a la planta de frutos. De hecho, se trata de uno de los momentos de desarrollo radicular de la planta, algo que debe aprovecharse de cara a mejorar la eficiencia de la aplicación de abono.
TRATAMIENTO
A nivel nutricional, el POTASIO es un nutriente crítico en la recuperación del olivo debido a su alto consumo durante la formación del fruto y la lipogénesis. Atendiendo a su ciclo, pasada la campaña en los meses de febrero y marzo, los niveles de potasio en hoja aumentan considerablemente hasta el cuajado del fruto a partir de entonces comienza a disminuir, descenso que durará hasta la recogida de la aceituna y será más acusado cuanto mayor sea la cosecha. Pero además del potasio, debemos tener en cuenta otros macronutrientes como el FÓSFORO y el NITRÓGENO y determinados micronutrientes esenciales que queremos reponer para un equilibrio nutricional del olivo y asegurar la próxima cosecha, tanto en cantidad como en calidad del fruto.
La recolección no solo supone un elevado coste, sino un gran desgaste del árbol. Es por ello muy importante hablar de las consecuencias en el árbol del olivo tras sufrir la recolección, así como los posibles tratamientos reparadores del árbol.